Ayer íbamos a salir al centro de la ciudad pero vimos que había fiesta en el hall de nuestra residencia, la VIII. Así que ni cortos ni perecesos Javi, Josu y yo nos unimos a ella.
Resultado: un papón increible. No se puede beber con los polacos, juegan en otra división. Hablando en términos futbolísticos ellos son el Chelsea y nosotros la S.D. Ponferradina. Cuando llegaron a buscarnos el resto de colegas llevábamos los tres una mierda increible encima. Eso sí, lo bien que nos lo pasamos los saben los chinos. Ya empezamos a ser conocidos entre los polacos.
El día de ayer ya lo recordamos como el 9-N.
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