Estos días ando un poco enclaustrado haciendo el proyecto, que quiero ya terminar cuanto antes. Sólo comentar un anécdota del jueves. Íbamos a ir Diego, Joaquín, Mirko, Miguel y yo a una fiesta de los pavos de la otra universidad en un apartamento. Resulta que llegó minutos antes de salir un francés, al que convencimos de que nos acompañase. Bueno, pues el notas se piyó un cogorzón de la ostia y resultó que nos olvidamos de él en el último garito y claro, el tío no tenía ni zorra idea de volver a su resi. Tuvo que dormir en un apartamento de unos franceses. Ayer llegó con una sonrisa en la cara y diciendo que no se acuerda de nada. Welcome to Poland Stephan.
Hoy quiero mostrar algunas fotos de nuestro viaje a Poznań. Fue un viaje relámpago.
La ciudad es muy grande, de ver tiene poco pero muy bonito. La plaza del mercado es como la de Wrocław pero más pequeña.
Pero lo más guapo es la Ciudadela, una antigua fortaleza prusiana que hoy en día es un lugar de recuerdo de los soldados rusos de la Segunda Guerra Mundial. Donde hubo la consiguiente sesión de fotos. Incluida en el museo del Ejército.
Una foto de los gimnastas del Ejército polaco, menudos gayers.
Estos ya no son gayers.
A la noche salimos por ahí. Empezamos en un bar que se llamaba Proletaryat.
Que tenía la peor cerveza comunista del mundo. Luego en un pub que ponían cachimbas y todo.
Destacar que vimos una pelea entre 20 personas, ya no nos sorprendía ver una en este país. Pero es que ésta tuvo un desenlace inesperado, de repente se paró y vimos que en la mano de algunos participantes había pistolas apuntando a la cabeza de otros. Ya andábamos acojonados cuando llegó la policía. Resulta que había sido una pelea entre un grupo de polocos y secretas. Al final acabamos en un bar dónde un polaco nos invitó a unos chupitos que de sólo pensarlo me dan arcadas. Que bañada, Pitu fue al baño con amagos de agüadijas.
El polaco grillado, aquí todavía no había sacado el chupito de aguarrás. Mirko, que se la olía, se fue un poco antes de que los sacase.
El resultado: Pitu, un poco más, y se come una salchicha que cogí del suelo.
En fin, que un viaje corto pero intenso.
La verdad es que nos lo pasamos teta. El Futurysta estaba a tope y de nuevo lo cerramos. Al final nos van a dar la barra de la persiana para que lo cerremos y todo.
Como siempre muchos polocos.
Luego, como ya es tradicional, afterhour en la 701.
Esta vez Maitane ya no iba pisando platillos, sencillamente porque no podía pisar nada.
Entre ambas fotos, apenas hay unos minutos.
Finalmente César dándolo todo. Algún día me va a crujir por poner estas fotos suyas. Vamos lemon!
Agueda tenía temor a que no fuese mucha gente a su cumpleaños que se iba a celebrar en las residencia VIII el viernes. Pero acudió casi toda la peña erasmus de Politechniki. Y se montó una buena jarana. Este post es un poco ridículo pues no tengo ninguna foto de Agueda, lo cual es una putada. Pero bueno, la intención es lo que cuenta.
Más tarde fuimos al Czekolada donde nos intentamos colar pero al final el segurata poloco me conminó a pagar religiosamente mis 10zl. El garito estaba guapo. Había unas cuantas tremendas y encima llegamos bien de animados. Así que de puta madre.
Ayer fuimos a un apartamaneto y luego acabamos en otro antro de perversión. Pero esa es otra historia y con otras fotos. Si no, que se lo pregunten a Joseba. Sí es que sigue vivo, cosa poco probable. Una foto de recuerdo de Joseba.
El otro día fuimos a la fiesta de integración de los nuevos erasmus de la otra uni. Como somos de politécnica tuvimos que pagar 5zl. Pero esa injusticia fue compensada cuando vimos unas cuantas botellas de champán descuidadas. Así que los 5zl se compensaron con creces.
Lo que pasa es que el champán era ruso (vamos, las etiquetas estaban en cirílico) y era más malo que Barrabás (eso me decía siempre mi abuela). El resultado es que piyamos una gorrinal bastante seria, el champán soviético nos convirtió en Gremlins. Había ansias de robar y destruir. Pitu después de beber champán comunista.
Estos son Tapio y Teemu, de Finlandia, no los juzgueís por la foto. Los tíos son sosos de cojones.
En cambio estas dos son Paola o Teresa (Paolíssima y Teresinha, para los colegas), italianas muy locas. a la noche hay que apagarlas con un botón. Funcionan a plutonio.
A Pitu le ha gustado el juego. Pero no debe emocionarse, que luego hay sustos.
Estos días ando un poco enclaustrado haciendo el proyecto, que quiero ya terminar cuanto antes. Sólo comentar un anécdota del jueves. Íbamos a ir Diego, Joaquín, Mirko, Miguel y yo a una fiesta de los pavos de la otra universidad en un apartamento. Resulta que llegó minutos antes de salir un francés, al que convencimos de que nos acompañase. Bueno, pues el notas se piyó un cogorzón de la ostia y resultó que nos olvidamos de él en el último garito y claro, el tío no tenía ni zorra idea de volver a su resi. Tuvo que dormir en un apartamento de unos franceses. Ayer llegó con una sonrisa en la cara y diciendo que no se acuerda de nada. Welcome to Poland Stephan.
Hoy quiero mostrar algunas fotos de nuestro viaje a Poznań. Fue un viaje relámpago.
Pero lo más guapo es la Ciudadela, una antigua fortaleza prusiana que hoy en día es un lugar de recuerdo de los soldados rusos de la Segunda Guerra Mundial. Donde hubo la consiguiente sesión de fotos. Incluida en el museo del Ejército.
Una foto de los gimnastas del Ejército polaco, menudos gayers.
Estos ya no son gayers.
A la noche salimos por ahí. Empezamos en un bar que se llamaba Proletaryat.
Que tenía la peor cerveza comunista del mundo. Luego en un pub que ponían cachimbas y todo.
Destacar que vimos una pelea entre 20 personas, ya no nos sorprendía ver una en este país. Pero es que ésta tuvo un desenlace inesperado, de repente se paró y vimos que en la mano de algunos participantes había pistolas apuntando a la cabeza de otros. Ya andábamos acojonados cuando llegó la policía. Resulta que había sido una pelea entre un grupo de polocos y secretas. Al final acabamos en un bar dónde un polaco nos invitó a unos chupitos que de sólo pensarlo me dan arcadas. Que bañada, Pitu fue al baño con amagos de agüadijas.
El polaco grillado, aquí todavía no había sacado el chupito de aguarrás. Mirko, que se la olía, se fue un poco antes de que los sacase.
