Ya nos preguntábamos porque habíamos visto tantos polis y un helicóptero merodeando sobre la ciudad. Casi todos los polacos nos dicen que es arriesgado salir a la calle, nuestras vecinas (les gustó la tortilla, pero no el jamón) lo confirman. Bajamos a ver a los portugueses y nos dicen que van a salir. Mirko, un italiano, dice que si vamos muchos no habrá problemas.
Salimos con cierta intranquilidad. El grupo está compuesto por españoles y portugueses principalmente, además de un italiano, un francés y una alemana. La verdad es que yendo con Anika es imposible tener miedo, menuda es, más basta que el esparto. Se puede comprobar en la foto.
No pasó nada, el único susto lo tuvimos cuando Alex, el francés, que siempre anda cogorza, se dirigió hacia los antidisturbios de la policía, que acojonaban pelín y medio. Lo piyé del cuello cuando el pavo ya había soltado un "Excuse me" y me lo llevé. Lancé una mirada para atrás y todos los antidisturbios mirándonos, ya acojonaban los tíos. He visto osos más pequeños que aquello animales.
Aquí podemos ver a Mirko y Álex, dos sujetos a vigilar.El resto de la noche estubo bien. Entramos en el club más pijo que he visto nunca, donde había las mujeres más guapas que he visto nunca. La entrada parecía como la de los locales de las pelis en los que hay mafiosos, con tres gorilas vestidos de traje en un hall muy bien decorado. Estaba bien el sitio. Luego fuimos al Kaliska, una discotequilla. Y pa jasa.
Crónica del día del derby. Lo mejor es que empataron a 0, que se jodan.
1 comentario:
joder, yo no hubiese salido ni loko, teniendo en kuenta la kantidad de movidas ke tuvimos en tierras extranjeras (anglosajonas)... pues ke no me fío ni un pelo de "otras kulturas".
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